El paseo de Robert Walser en las calles de Poble Nou
Hace unos días, publiqué este poema en El espacio relatado, en homenaje a un gran amigo, Sergi de Diego, poeta y autor del blog Interferencia Sónica, el poemario Emails para Roland Emmerich y varias colaboraciones en diferentes revistas y libros de prosa.
Érase lo único que sabía ser,
un libro con patas, la sombra sin sombras
del amigo íntimo que añora Roland,
el seny del corazón, el saber
sentir sin miedo las cosas del sentir,
el hermano mayor del andaluz huido,
el poeta que se niega a decir
su verso, su música, su compás, su rima,
el primer Gasol en pasar desapercibido,
el orgullo eterno del que espera a la vuelta de la esquina.