Hace unos días, publiqué este poema en El espacio relatado, en homenaje a un gran amigo, Sergi de Diego, poeta y autor del blog Interferencia Sónica, el poemario Emails para Roland Emmerich y varias colaboraciones en diferentes revistas y libros de prosa.

     

    Soneto sónico sonando por soleares

     

    A Sergi de Diego
    Érase un hombre a un acorde pegado,
    La imagen sorda presa del sonido
    el tiet de l’Aina, el nano sin nido,
    el iluso que vive enamorado.

    Érase lo único que sabía ser,
    un libro con patas, la sombra sin sombras
    del amigo íntimo que añora Roland,
    el seny del corazón, el saber
    sentir sin miedo las cosas del sentir,
    el hermano mayor del andaluz huido,
    el poeta que se niega a decir
    su verso, su música, su compás, su rima,
    el primer Gasol en pasar desapercibido,
    el orgullo eterno del que espera a la vuelta de la esquina.

     

     

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      Escritor y Social Media Manager. Ha escrito el libro Yo, precario (Libros del Lince 2013), Juan sin miedo (Alkibla 2015), Hijos del Sur (Tierra de Nadie 2016) y SOS (2018). Ha sido traducido al griego y al alemán. En 2014, creó La Réplica, periodismo incómodo.