Cara anchoa. De repente, Trending Topic y noticia en los medios de comunicación. Hago clic.
Un Youtuber se burla de viandantes insultándoles gratuitamente, al tiempo que graba los encuentros. Lo llama «Broma con cámara oculta». Pero esto no es una broma, me digo. Es un insulto, una burla, un despropósito iniciado por una persona que busca fama y notoriedad a toda costa, aprovechando los códigos comunicativos de la red.
Luego de recibir una hostia a mano abierta, inicia una cruzada en la que se presenta como víctima, denuncia la agresión en las redes y cuelga el vídeo en YouTube. En el momento que escribo, el Hot Topic del día se acerca a las trescientas mil visitas y se está monetizando a buen ritmo. Generará ingresos directos e indirectos, y aumentará la reputación digital de @MrGranBomba al tiempo que hunde su reputación como persona y profesional. Alguien debería avisar a este adolescente de que, al final de la carrera, importa el qué tanto como el cómo, y que la fama, detrás de esa niebla de retweets y estados compartidos, después de los comments, se queda en nada si no viene acompañado de un trabajo hecho acorde a una digna escala de valores.
Uno de los grandes problemas a los que nos enfrenta a menudo la era digital es a los episodios de estupidez colectiva. Los índices de vergüenza ajena llevan años disparándose. Hace años, las bromas del programa «Inocente, inocente» se establecían en un marco donde se controlaban los tiempos y las distancias, había opción inmediata de reconducir la situación y respondía a una causa solidaria. La cámara oculta bien entendida. Ésta, con una culpabilización de la persona grabada sin consentimiento -a la que puede acarrearle problemas laborales- y agredida verbalmente, al tiempo que genera ganancias individuales, solo se recordará por su esperpento. Pero no pasará a la historia por nada más. Hay dos construcciones de marca en este párrafo; una digna, otra patética.
@MrGranbomba no sólo se siente con el derecho -que niega a la persona que le propinó el guantazo- de agredir verbalmente a personas anónimas sin más razón que la notoriedad y el enriquecimiento (¿A alguien le puede parecer esto divertido? ¿En qué nombre alza la bandera de la diversión?), sino que también establece cuándo y cómo podemos agredir. Ninguna violencia merece paragón, incluida la suya. Yo ya me sentía agredido antes de ver la agresión física, después de lo que ha traído detrás, mucho más. Con todo, habrá quien le apoye mirando la paja en el ojo ajeno. No sé si los Alvaro Ojeda de la era digital algún día, mayores, se enfrentarán al espejo del tiempo, pero me gustaría imaginarlos con las manos sobre la cabeza descubriendo el adefesio en que andaban convertidos cuando nos insultaban desde nuestro mismo ordenador. Porque esto es mucho más que un insulto a un trabajador, Cara Anchoa uno, Cara Anchoa todos.
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«Alguien debería avisar a este adolescente de que, al final de la carrera, importa el qué tanto como el cómo, y que la fama, detrás de esa niebla de retweets y estados compartidos, después de los comments, se queda en nada si no viene acompañado de un trabajo hecho acorde a una digna escala de valores.»
Alguien avisó a Javier Cardenas? Aún le quedan valores a ese hombre? Creo que no.
Premiamos el odio, la vergüenza y la falta de respeto y por eso surgen personajes como este niñato, Ojeda o Cardenas entre otros.
Por lo demas buen analisis
Pues yo «cara anchoa» poco. En serio que te llamen «cara anchoa» puede generar tal respuesta (y encima algunos llamados adultos justificarla) ¿en serio Javier?¿ justificas amenazar con dar una paliza o directamente poco después dar una ostia por llamarte un chaval (adolescente) «cara anchoa»?
Hay que madurar ¿eh? y saber tomarse las cosas en su justa medida. La violencia solo genera violencia y hay que dar a las cosas una respuesta proporcionada que no somos animales salvajes, te llaman «cara anchoa»? le mandas a la mierda, hasta te ríes y sigues currando pasando del chaval…eso alguien maduro claro con un poco de edad, educación, cultura o simplemente cerebro.
¡Hola Antonio! Gracias por opinar. No lo he justificado en ningún momento, revisa el texto, soy muy aprensivo con el ejercicio de la violencia. Solo he dicho que él también ha ofendido. Lo que me parece deleznable es el comportamiento del chico y su escala de valores (y que lleve un buen puñado de euros ganados) ;-). Y estoy de acuerdo, la reacción es totalmente desproporcionada.
Ha ofendido llamando «cara anchoa», seamos serios hombre que hace el repartidor si le ofende de verdad llamándole hijo de p**** , insultando a su madre o similar ¿le mata? estaría en la cárcel supongo por matar a un chaval que insulto a su madre…hay cosas y cosas y justificar según que violencia por llamarte un chaval «cara anchoa» no se, por cierto menos mal que en ese momento están en la calle (con gente alrededor supongo) y demás sino…
Javier si al final dices que claro que esta muy mal la violencia pero es que el otro le ha ofendido, lo estas justificando en cierta manera…
«Ninguna violencia merece paragón, incluida la suya. Yo ya me sentía agredido antes de ver la agresión física, después de lo que ha traído detrás, mucho más.» ¿Dónde ves aquí la justificación, Antonio?
«Yo ya me sentía agredido antes de ver la agresión física» (que es la de menos ¿no?) ¿lo explico?
Pero eso es un juicio de valor, subjetivo. Yo no he dicho que sea la de menos. Digo que una viene antes que la otra.
Pues a mi me parece una broma y la reacción del otro desproporcionada y da a entender lo agresivo que es. Ánimo y sigue con tus bromas que no te acobarden!